En una década, entre 2013 y 2023, América Latina ha pasado del optimismo sobre su futuro hace diez años al actual pesimismo. Todo apunta que aquel “latinooptimismo” era exagerado lo mismo que el actual “latinopesimismo”.
El vigente y extendido “latinopesimismo” no es consciente de que la región tiene ventanas de oportunidad para salir de su actual estancamiento económico, malestar social y debilidad de la institucionalidad democrática. Esas ventanas de oportunidad se apoyan en causas internas y en la posición geopolítica y geoeconómica que ocupan los países latinoamericanos en el actual escenario mundial emergente: