19 de julio. Un día para creer y crear en Iberoamérica

El 19 de julio es un día para creer y crear en Iberoamérica. Una día para conmemorar la geografía, la historia y la cultura de Iberoamérica. Una fecha clave en la que prima la esperanza, la lucha y el trabajo conjunto por un futuro común entre Europa y Latinoamérica.

Este mismo día en 1991, los líderes políticos de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, reunidos en la Ciudad de Guadalajara (México), firmaban la primera declaración de jefes de Estado de la región, acta de nacimiento de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Un momento que sirvió para concertar la voluntad política de estos gobiernos para convertir el conjunto de afinidades históricas y culturales que enlazan a Iberoamérica en un instrumento de unidad y desarrollo basado en el diálogo, la cooperación y la solidaridad, y un hito que hace ya dos años, los ministerios de Exteriores de los 22 países que conforman la región acordaron fijar en el calendario, convirtiéndose así el 19 de julio en el ‘Día de Iberoamérica’.

Que 30 años más tarde siga vigente este interés por mantener viva la cohesión de la comunidad no es casualidad. Y es que la apuesta europea por Latinoamérica y su inclinación por formar parte de esta potencia mundial no es otra cosa que una decisión inteligente.

Iberoamérica es resiliente y no se rinde. Características, heredadas de los países que la conforman, que han protegido a la región frente el duro golpe de la Covid-19 y las crisis sanitarias, económicas y político-institucionales a las que se han visto arrastrados los ciudadanos de ambos continentes. Y es que la pérdida de más de cuatro millones de víctimas de la pandemia y posicionarse como la región con la mayor contracción del PIB en 2020, no solo ha invadido a la sociedad iberoamericana en un evidente pesimismo, sino que, desafiando a lo establecido, estas carencias han funcionado como el impulso necesario para la creación de numerosos proyectos de cooperación.

La solidaridad ha sido el hilo conductor para estos planes de recuperación. Un ejemplo de esto es el compromiso español de distribuir en Latinoamérica un total de 7,5 millones de vacunas durante el 2021, con el fin de frenar la dramática ausencia de dosis contra la Covid-19 y contribuir con Covax, el sistema organizado por la ONU para distribuir inoculaciones entre los países más pobres.

Otra muestra del esfuerzo por alimentar y cuidar a la comunidad ha sido la aprobación de la Declaración de Andorra, el Programa de Acción, el Compromiso de Andorra y de 16 Comunicados Especiales durante la XXVII Cumbre Iberoamericana. La Declaración de Andorra: ‘Innovación para el Desarrollo Sostenible – Objetivo 2030. Iberoamérica frente al reto del Coronavirus’ recoge un total de 72 puntos a los que los 22 jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron durante el encuentro del 21 de abril. La inmunización ante la Covid-19 y la recuperación económica volvieron a convertirse en las protagonistas en el plan de acción de los gobernantes.

El esfuerzo de la comunidad también dio su fruto en el IV Congreso Iberoamericano CEAPI, donde se demostró el espíritu y la vocación transformadora que tiene esta región, así como las ganas de conducir a Iberoamérica hacia una transformación sostenible y social en la que prime la justicia, el respeto y las alianzas público-privadas. Tanto fue así que más de 120 empresarios firmaron un Manifiesto, elaborado por CEAPI en colaboración con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), BID Invest y la Cátedra de Transformación Social Competitiva (TSC) de la Universidad Complutense de Madrid, en busca de reivindicar el papel de los empresarios como agentes de cambio positivo y conseguir que sus países sean partícipes de un nuevo estado de bienestar.

Iberoamérica puede convertirse en una de las regiones del mundo con mayor potencial poscovid, gracias a que sus empresas han asumido su rol como agentes de cambio. Gracias a su espacio bicontinental americano y europeo de países de lenguas española y portuguesa. Y gracias a sus estratégicos recursos naturales, sus fortalezas, su dinámica clase empresarial y su importante posición geoestratégica. Nosotros ya hemos empezado a creer y crear en Iberoamérica, ¿a qué esperas tú para unirte al cambio?

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