El panorama político y electoral latinoamericano viene determinado por dos factores este próximo mes de mayo: en primer lugar, por la celebración de elecciones -en Colombia- o el comienzo de campañas electorales -Brasil- y, en segundo lugar, por un extendido momento de extrema debilidad política de los gobiernos que desemboca en parálisis en cuanto a capacidad para dotar de gobernabilidad a los países de la región. Todo ello, enmarcado en un momento de incertidumbre económica: bajo crecimiento y tensiones inflacionarias.
Políticamente la región vive dos dinámicas:
I- Un intenso periodo electoral: Este próximo mes de mayo va a arrancar con una reactivación de los procesos electorales en la región. Tras los comicios en Costa Rica y las consultas en México y Uruguay, llega uno de los platos fuertes del año: la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. A la vez quedarán definidas las candidaturas para los comicios en Brasil (octubre).
II- Endeble gobernabilidad: Fuera del terreno electoral sobresale la debilidad de ciertos gobiernos de la región. Y no solo es el caso de Pedro Castillo en Perú. También en Chile, cuyo gobierno parece estar lastrado por errores propios, producto no solo de la inexperiencia del joven equipo que le rodea, sino también por la escasa cohesión de la coalición que le sostiene. A esto se ha unido la marcha de una Convención Constituyente que está elaborando una nueva constitución, cuya labor no parece estar conectando con la sociedad. De igual forma, Ecuador asiste a un momento de extrema debilidad del gobierno de Guillermo Lasso.
Desde un punto de vista económico, la crisis de Ucrania no ha hecho sino profundizar la desaceleración económica en la región, como la pandemia que subrayó los problemas que arrastra América Latina desde hace varios lustros. Más allá de aspectos puntuales, la economía regional sigue sufriendo los coletazos de la guerra en Ucrania y el principal desafío de la región ya es controlar la inflación disparada debido a la subida de los precios internacionales de los alimentos y la energía.
En cuanto a la pandemia, la tendencia es hacia la recuperación de la normalidad (Brasil ha puesto fin al estado de «emergencia» en vigor desde 2020 y Colombia y Perú ya no hacen obligatoria la utilización de mascarillas) y hacia la “gripalización del covid-19”, enfermedad abordada ahora con una estrategia similar a la adoptada con otros problemas respiratorios como la gripe.