Iberoamérica no sería nada sin cada una de las regiones que la conforman. Una idea básica y necesaria para entender el funcionamiento de uno de los territorios más poderosos a nivel cultural, lingüístico, político y económico.
Hoy nos adentramos en la Embajada de la República de Paraguay en España para conocer uno de los engranajes de esta comunidad, y entender, desde la perspectiva del embajador de la República de Paraguay ante el Reino de España, Ricardo Scavone Yegros, la situación del Paraguay, un estado democrático y multicultural, regido por el guaraní, que presume de un potente atractivo inversor y apuesta por el crecimiento sostenido de su economía.
P: ¿Qué hace a Paraguay un sitio idóneo para poder invertir?
R: El Paraguay ha adoptado una política de estado que asegura una gran estabilidad de los indicadores macroeconómicos y una gran prudencia en el manejo de la política monetaria. Además de estabilidad del régimen tributario, del régimen laboral y, en general, del régimen para la inversión privada.
Desde hace muchos años, prácticamente dos décadas, el Paraguay está manteniendo un crecimiento sostenido de su economía, con un incremento permanente de sus exportaciones. Las exportaciones paraguayas se concentran principalmente en productos agropecuarios, somos grandes productores de alimentos como la soja, el maíz, el trigo, el arroz y el girasol. Y, también, somos exportadores, cada vez más grandes, de carne vacuna, pero en el ánimo de incrementar la generación de puestos de trabajo hay un esfuerzo y un interés del gobierno por promover el crecimiento de nuestra industria y la exportación de productos manufacturados, que hemos podido alcanzar tanto a través del desarrollo de la agroindustria como mediante regímenes especiales que se consolidaron dentro del Mercosur.
¿Por qué el Paraguay es un destino interesante para la inversión extranjera? Primero por esa estabilidad macroeconómica y el crecimiento sostenido de nuestra economía. En segundo lugar, porque el Paraguay cada vez está más integrado con sus vecinos por acuerdos de libre comercio, tanto dentro del Mercosur como los acuerdos con Chile, con Perú, con Colombia, con Ecuador, que abarcan una gran parte de productos desgravados. Es decir, somos una plataforma desde donde se puede exportar a nuestros vecinos. Estamos invirtiendo cada vez más en mejorar nuestros pasos fronterizos, nuestra conectividad, nuestra logística, la infraestructura vial, etcétera, y hay una inversión pública muy grande en ese sentido, precisamente para aprovechar esas ventajas arancelarias y esas ventajas de tener acuerdos de libre comercio con nuestros vecinos.
Tenemos, además, un régimen tributario muy atractivo que lo justificamos, sobre todo, porque el mercado del Paraguay es pequeño (siete millones de habitantes). Tenemos un esquema del diez, diez y diez: 10% IVA, 10% impuesto a la renta personal y 10% a la renta empresarial. Es un esquema muy diferente y mucho más atractivo que el de nuestros países vecinos.
Tenemos, también, una gran oferta de mano de obra calificada y joven. El 70% de la población tiene menos de 30-35 años, y eso habla de posibilidades de generar empleo y, además, estamos tratando de hacerla cada vez más cualificada porque tanto por iniciativas privadas como por iniciativas del Estado se está invirtiendo cada vez más en la formación de mandos medios para las industrias. La propia Unión Industrial Paraguaya en asociación con la universidad alemana ha habilitado su universidad para la formación de los mandos medios requeridos por la industria paraguaya, y el Estado con el Gobierno de Taiwán ha constituido una universidad de primer nivel para la formación de ingenieros altamente especializados en los avances tecnológicos.
Estabilidad macroeconómica, prudencia fiscal, régimen tributario atractivo, tenemos las condiciones para ser una plataforma accesible dentro del espacio sudamericano y una posibilidad de empleo a lo que hay que agregar un último factor que es la energía eléctrica. Paraguay comparte dos hidroeléctricas muy fuertes y potentes con los vecinos, Argentina y Brasil, y nos permite contar con energía renovable y permanente para afrontar eventuales proyectos de inversión.
P: ¿Cómo se está preparando el país para afrontar el contexto post pandémico, poniendo el foco en la economía verde y sostenible?
R: A veces, cuando uno habla de exportaciones de materias primas, de productos agropecuarios, uno piensa que es algo que se extrae así nomás de la naturaleza, pero hay una gran inversión, y en eso yo quiero destacar el mérito del sector privado paraguayo que ha invertido muchísimo en el mejoramiento del uso del suelo, en el mejoramiento de las especies que se producen en el país.
Yo pongo siempre el ejemplo del trigo. Paraguay, por mucho tiempo, traía el trigo para hacer pan, de otra parte, porque el clima no permitía la producción de trigo, hasta que se pudieron desarrollar especies propias para nuestro clima. Y nosotros hoy no solamente somos autosuficientes en trigo, sino que ya somos exportadores. Todo eso es inversión en investigación y en desarrollo de prácticas y de los productos. Lo mismo en la ganadería, el sector privado y el sector ganadero han hecho inversiones enormes en el mejoramiento de la genética de los bovinos para la producción y la exportación de carne vacuna.
Ya los mercados no se conforman con el producto, el exportador tiene que dar cuenta de cómo se desarrolló ese producto, tiene que haber un seguimiento de la producción, y nosotros desarrollamos eso mirando mercados diferentes. Por ejemplo, vendemos mucha carne de vacuno a Israel, que tiene su propio sistema de actuación y tenemos que adaptarnos a sus reglas. Esa capacidad de adaptación es algo que me parece que es muy interesante en el Paraguay y que nos da condiciones para adaptarnos a las nuevas exigencias del mercado, en la medida que el mercado exija que los productos sean de una determinada forma, hay condiciones para que con investigación y con acompañamiento se pueda adaptar rápido.
Efectivamente, el desarrollo de Paraguay no siempre ha sido respetuoso con el medioambiente, el desarrollo ha requerido algunos sacrificios para el medioambiente que preferiríamos no hacer, pero hay cada vez una mayor conciencia en cuanto a que el desarrollo tiene que ser sustentable. A mí me da la impresión de que el Paraguay, nuestro sector privado acompañado por el Estado, tiene todas las condiciones para ir avanzando en esa senda de un desarrollo de energías, de productos que sean menos invasivos, o menos agresivos con el medioambiente.
P: ¿Cómo se van a invertir los recursos adicionales provenientes de Itaipú?
R: No tenemos en este momento una limitación respecto a qué tipo de inversiones nos interesan. Nos interesan inversiones que generen puestos de trabajo, que generen desarrollo. Estamos en un momento interesante para el Paraguay que es el final del pago de la deuda de la construcción de la represa Itaipú.
La represa Itaipú fue una obra enorme que requirió muchísimos recursos, y la deuda se siguió pagando con la generación de la presa, pero ya, desde el año próximo, y sobre todo desde el año 2023, la deuda de la represa Itaipú va a estar completamente pagada, y Paraguay y Brasil tienen que ponerse de acuerdo sobre el nuevo régimen financiero y sobre cómo se va a estructurar el régimen financiero a partir de la cancelación de esa enorme carga. Es un debate que estamos llevando desde dentro de nuestra propia sociedad y que después tenemos que realizarlo con el Brasil.
Se plantean distintas cuestiones, por ejemplo, que Itaipú produzca la energía al costo y que los estados se beneficien con una energía muy barata, en cuyo caso Paraguay contará con una capacidad de proveer energía eléctrica en condiciones sumamente económicas para desarrollar proyectos electro-intensivos o proyectos que requieran energía eléctrica. El otro camino que se señala es producir una energía con los costos que hoy está produciendo la Itaipú, que son también muy competitivos, y muy interesantes para los dos países, y que la diferencia se destine a un fondo para el desarrollo.
Entonces podríamos pensar en oportunidades para invertir en infraestructuras, en el mejoramiento de la logística o en proyectos que tengan un alto impacto social, pero todas esas cuestiones, hoy, no están aún definidas. Están en discusión, primero dentro de nuestros propios países y, luego, tenemos que definirlas con el Brasil a partir del año 2023. Falta muy poco, pero en cualquiera de los dos escenarios se abren unas oportunidades que nos hacen ser muy optimistas respecto a la forma o al ímpetu que puede tener el crecimiento paraguayo. Si ya ha sido muy fuerte de la mano de la producción agropecuaria, esto puede incrementarse muchísimo más con el aporte que puede venir a partir de esa fuente.
P: ¿Por qué Paraguay?
R: La estabilidad macroeconómica y fiscal forma parte de un consenso político. De repente, uno leyendo la prensa paraguaya puede ver que hay diferencias, hay una oposición más fuerte o posiciones divergentes en la clase política, pero respecto al modelo económico y la estabilidad económica hay un gran consenso. Puede haber sectores muy minoritarios que cuestionen los fundamentos de esa estabilidad, pero el consenso mayor, los grupos políticos más influyentes, están conformes en mantener ese esquema, no hay amenazas respecto de ese esquema que hace atractivo al Paraguay para las inversiones.
Me parece que ese es un factor que puede resultar tranquilizador, atractivo respecto al Paraguay. Puede haber un poco de inestabilidad, de pugnacidad en la política pero que esa inestabilidad, esa pugnacidad no afecta ni rompe el consenso que existe de mantener la fórmula que ha permitido el crecimiento económico del país en los últimos 20 años.
