Las alianzas público-privadas, nacidas entre finales del siglo pasado y principios de este, se alzan como la principal herramienta para alcanzar el desarrollo social y el crecimiento económico en esta tercera década del siglo XXI.
Unas alianzas que se basan en la colaboración entre sectores: el sector público como garante de un entorno de certidumbre para las inversiones y socio en inversiones con el capital privado a través de la generación de incentivos que permitan movilizar fondos. Y ese sector privado con un triple rol como promotor de crecimiento económico, del desarrollo social y la preservación del medio ambiente. En ese sentido dos de los sectores de gran proyección son el sector del fintech y las renovables.