América Latina entra en el segundo trimestre de 2025 en medio de una coyuntura de incertidumbre geopolítica y económica por las consecuencias de las medidas tomadas por el Gobierno de Donald Trump y lo hace con un calendario electoral repleto de citas que van a marcar el rumbo de la región a corto y medio plazo.
La apuesta por el proteccionismo vía subida de aranceles por parte de la Casa Blanca puede tener consecuencias sobre la región. Las decisiones y la retórica de Trump (como su nueva política arancelaria anunciada el 2 de abril) desembocan en volatilidad para Latinoamericana. La región latinoamericana ha salido bien parada de los anuncios arancelarios. La UE y China fueron los más golpeados con aranceles del 20% y 34% respectivamente. Con respecto a América Latina, Trump anunció aranceles del 10% para las importaciones de todos los países latinoamericanos, salvo Nicaragua y Venezuela. Trump castiga a las dos dictaduras del continente ya que eleva los aranceles a Nicaragua hasta el 18% y a Venezuela al 15%. Las reacciones de los diferentes mandatarios han sido dispares. De alivio en el caso de México y Chile, de crítica en el colombiano y de apoyo en el argentino.
De todas formas, el impacto de Trump es heterogéneo: hay países que por su cercanía a la Casa Blanca se ven en un mejor contexto (Argentina, Ecuador y El Salvador), otros que son los principales afectados por las medidas de Trump pero que han optado por mantener buenas relaciones con Washington (México y Centroamérica) y finalmente se encuentran quienes se encuentran más alejados (Brasil), o francamente opuestos a Trump (Venezuela).
La economía no solo se va a ver afectada por las medidas de Trump sino por un progresivamente más intenso calendario electoral. De una sola cita en las urnas en el primer trimestre de 2025 se va a pasar a 6 entre abril y junio, a lo cual hay que unir el ambiente electoral en Honduras, Bolivia y Argentina.
Entre esas elecciones destaca la ajustada segunda vuelta en Ecuador entre correísmo y anticorreísmo (Daniel Noboa vs Luisa González) y los comicios para conformar la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que van a ser leídos como una primera vuelta de las legislativas a escala nacional de octubre y como una pugna para ver cuál de las dos derechas, la de Macri o la de Milei predomina en la capital y por ende en el país. Además, va a existir ese ambiente preelectoral, en realidad plenamente electoral, en los países que celebran elecciones en 2026: Perú, Costa Rica, Brasil, Colombia, y una cita en las urnas en Nicaragua en pleno proceso de construcción de una dictadura.